Herpes simplex en dermatología

El virus del herpes simple pertenece a una gran familia de virus que causa trastornos frecuentes en seres humanos.

Existen dos principales tipos: el herpes simple de tipo 1 (HSV1) que causa principalmente infecciones orales como el herpes labial; mientras que el herpes simple de tipo 2 (HSV2) suele dar lugar, mayoritariamente, a infecciones anogenitales.

El HSV1 suele contraerse en la infancia de forma asintomática (primoinfección asintomática), de modo que hacia la edad adulta el 80-90 % de la población tiene anticuerpos contra este virus. Un porcentaje pequeño de pacientes puede tener, sin embargo,  una primoinfección más agresiva, en forma de gingivoestomatitis herpética.

Una vez penetra en el cuerpo, este virus no desaparece, quedando en estado latente en las neuronas sensoriales, donde periódicamente puede reactivarse.

En caso de reactivación viral, la lesión más común es el herpes labial, y suele producirse cuando hay una bajada de las defensas, por ejemplo: con estímulos como el estrés, cuadros infecciosos (gripe, neumonía), estados de ansiedad, exposición a la luz solar, traumatismos (por ejemplo, visita al dentista). Su aparición puede ligarse incluso a la menstruación y a cambios hormonales. En estos últimos casos, los episodios pueden producirse de forma aislada o ser recurrentes periódicamente (por ejemplo, cada mes con la menstruación), siendo esta última situación la que ocasiona más trastornos y molestias.

El HSV2 suele contraerse por transmisión sexual. Una vez que entra en el cuerpo, cumple el mismo proceso: establecer una latencia en las neuronas sensoriales. Desde allí, puede originar también episodios recurrentes que repiten con frecuencia variable a nivel de la zona ano-genital.

Ambos virus pueden ocasionar, además de los cuadros clínicos descritos anteriormente, una reacción inmunológica con erupciones en forma de diana, denominada eritema multiforme recurrente.

El tratamiento habitual de la primoinfección y las recurrencias suele hacerse con fármacos antivirales sistémicos (Aciclovir, famciclovir o valaciclovir). Cuando las recurrencias superan los 6 episodios por año se recomienda generalmente una pauta prolongada, de 6 a 12 meses, con los fármacos anteriores.

Dado que la aparición de sintomatología viene normalmente ligada a un fallo o deficiencia del sistema inmunitario en el control del virus, en el área de las inmunoterapias también existen posibilidades terapéuticas. Una de ellas es la microinmunoterapia, un tratamiento destinado a regular la respuesta inmunitaria, y que en el ámbito de las infecciones virales por HSV, busca favorecer una respuesta inmune óptima frente al virus y controlar la replicación viral. La microinmunoterapia tiene la particularidad de utilizar bajas dosis (low y ultra-low doses) –del orden del nanogramo o del fentogramo- de las moléculas que coordinan las acciones del sistema inmune, con el fin de dirigirse a él en su mismo lenguaje. Se engloba, así, en la llamada “low dose medicine”, un área de creciente interés e investigación.

Desde el punto de vista práctico, en España existe una serie de fórmulas de microinmunoterapia que son dispensadas en la farmacia.

Si bien no es necesario realizar sistemáticamente en cada paciente analíticas y otras pruebas biológicas como un tipaje linfocitario o serologías víricas antes de utilizar la microinmunoterapia, sí resulta imprescindible realizarlo en casos crónicos o difíciles, para evaluar el estado del sistema inmunitario y determinar de forma individualizada el tratamiento más adecuado al paciente.

Dra. Cristina Zemba Vieytes

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